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Un secreto que guardar

DESPERTAR

Cada noche al acostarme te buscaba en mis sueños y no te encontraba. Un día me desperté y entonces comprendí que no te encontraba porque el verdadero sueño eras tú...

APRENDERÁS

Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma.
Y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad.
Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas...
Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto.
Y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.
Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado...
Aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas...
Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma...
Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tu también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de tu vida.
Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa qué es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir.
Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian.
Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, solo por el placer de disfrutar su compañía.
Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuándo será la última vez que las veamos.
Aprenderás que las circunstancias y el amibente que nos rodean tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos.
Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar.
Descubrirás que lleva mucho para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.
Aprederás que no importa a donde llegaste, sino a donde te diriges y si no lo sabes, cualquier lugar sirve.
Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados.
Aprederás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias.
Aprederás que la paciencia requiere mucha práctica.
Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.
Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.
Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque le estarías quitando la esperanza.
Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho a ser cruel.
Descubrirás que solo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben cómo demostrarlo.
No siempre es suficiente ser perdonado por alguien; algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.
Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado.
Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.
Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores.
Entonces, y solo entonces, sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más.
¡¡¡Es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla!!!

La persona de la que descubrí ésto, me hizo sonreir durante un tiempo,e incluso, que latiera mi corazón más fuerte cuando estaba cerca. Hoy lo he vuelto a leer y el cariño me invadió. Aunque nunca nada ocurrió, gracias por haberme hecho sonreir en algún momento.

NAVEGANDO

A veces es muy gratificante navegar entre los blogs de la gente que hay por aquí. En ocasiones, es como pasear por entre sus pensamientos y sentimientos más ocultos, que no contarían a nadie cercano pero que en cambio les es más fácil explicarlo al jugar con las letras de su teclado del ordenador. Puedo decir que yo soy una de ellas, lo confieso. Puede que en algún momento me sienta feliz o muy triste y no sepa explicarlo con palabras, pero con un lápiz en la mano me libero, soy capaz de dar rienda suelta a mis pensamientos sin miedo al qué dirán o al qué pensarán. En ese momento estoy yo sola frente a mí misma. Es una sensación extraña, pero al terminar me siento como si hubiera estado contándole a alguien todo lo que me pasa por la cabeza, hasta los pensamientos más locos y ese alguien supiera comprenderme sin mostrar un atisbo de incredulidad o pesadez.
Bueno, con todo esto me refiero a esas páginas que sin pretenderlo te metes y descubres a un o una gran escritor/a que, alo mejor, con una simple palabra te atrapan y necesitas seguir leyendo.
Pues el otro día me pasó algo parecido. Surcando las páginas que conozco pinché por error en un link que me transportó a una página desconocida para mí. Al principio he de reconocer que simplemente cerré, pero luego me arrepentí y volví a entrar. Me cautivó la forma que tuvo esa persona para expresar la dulzura de un beso...todo lo que en él se vuelca y es eso lo que hoy quería contaros...

un beso
Aquel banco era un hermoso lugar para darse un beso, largo y lento. Esos besos en los que los labios primero tantean la propiedad privada, pidiendo permiso. Bordean los límites con delicadeza, secos y tiernos, haciendo crujir el muérdago que cuelga de los ojos. A veces se atreven a mirar directamente por la verja, para esconderse de nuevo. Y de pronto, en esa pereza, las puertas se abren dejándonos ver el camino, nuevo cada vez, invitándonos. Y la lengua se atreve a dar unos pasos, pero retrocede, haciéndose querer. Y la otra le sale al encuentro y la empuja con suavidad. Deciden tantearse en el terreno neutral del aire hasta que los terrenos se hacen latifundios de carne y de saliva, rodeados de la cerca de los labios. Y el amor es una fiesta de invitados ciegos que se mueven tanteando las ramas, la grava, y los cielos del paladar.

HISTORIA DE UN MUÑECOLATE

-“¡Mamá! ¿Por qué nunca puedo hacer nada hasta que el señor con bigote cierra las puertas?”
-“¡Ay hijo! Qué pesadito estás hoy... ¿Cuántas veces te he dicho que mientras haya gente no puedes hablar ni moverte? A ver... nosotros somos muñecos de chocolate hijo y a los humanos les sorprendería ver que nos movemos y hablamos...¿no crees?”
-“Pero...¡jo! Odio a los humanos.”
-“No digas eso, que ellos se convertirán en nuestros dueños dentro de poco.”
-“Mamá...”
-“¿Qué quieres ahora?”
-“Nunca nos van a separar, ¿verdad?”
-“Hijo...anda venga cállate que nos van a oír”.
A medida que se acercaban las Navidades los muñecos de chocolate iban desapareciendo...
Cada día, al apagarse las luces, la mamá muñecolate daba un suspiro de alivio y agradecía a Dios en lo más profundo de su corazón caramelizado que por una jornada más nadie le hubiese separado de su pequeño. Fingía despreocupación delante de él, pero en su interior su relleno de chocolate blanco se encogía cuando lo pensaba.
Cada vez quedaban menos figuritas entre las que elegir, pero la pareja permanecía unida. Hasta que un día, un niño se acercó a la estantería donde, paralizada, la muñeca observaba aterrada cada uno de sus movimientos. Él se acercó más, tenía una cara ansiosa con dos mofletes bien colorados...“¡Mamá! ¡Quiero esto!” La muñecolate sintió los ojos del niño clavándose en ella como dagas. La madre, al oír el reclamo de su hijo se acercó arrastrando un carro lleno de las típicas compras de Navidad: guirnaldas, bolas de colores, bombones, polvorones... “¿Qué quieres corazón?¿La muñequita de chocolate? Pero si luego sabes que la dejas en el árbol y todos los años terminamos tirándola”.
-¡No mamá! Te prometo que esta vez me la comeré entera. No dejaré ni un cachito...¡Por favor!”
-Bueno venga, cógela...de verdad, menos mal que solo es una vez al año que si no estaríamos arruinados porque con todo lo que llevamos...”
-“¡Mira! Tiene un hijito, ¿puedo cogerlo también?”
La mamá muñecolate escuchaba toda la conversación. Al oír la última petición del niño, deseó que la madre fuese un poco más consentidora, solo un poquito más y así pasar las pocas horas que le quedaban al lado de su pequeño.
-“No hijo venga... uno o el otro, pero rápido que papá nos está esperando en casa”.
El niño agarró la muñeca con un movimiento brusco mientras la pobre rompía a llorar viendo a su pequeño sobre el estante, más inmóvil que nunca... hasta que una columna del centro comercial la separó definitivamente de su pequeño...“Adiós mi vida. Sé fuerte que siempre estaré a tu lado. Lo prometo.” Al fin notó que su cuerpo reposaba en una bolsa de plástico con dirección al hogar donde perecería como cualquier muñeco de chocolate al que se le asignara una “familia”.

A las diez en punto el centro comercial cerró sus puertas al público y después de que todos los empleados se marcharan, se apagaron las luces y en su interior comenzaron todos los artículos a cobrar vida y a despertar de su sueño diurno... Las vaquitas de peluche corrían por los pasillos, las barbies salían de sus cajas y con voz chillona se llamaban unas a otras. Pero en el estante de los chocolates el pequeño aún no se había despertado. Poco a poco el bullicio le despertó y entreabriendo los ojos comenzó a hablar: “¿Mamá?¿Por qué no me has llamado? Hoy no dirás que me he portado mal. Todo el día calladito, calladito. ¿Mamá? ¿Dónde te has metido?”. El pequeño empezó a asustarse. Su mamá nunca lo había dejado solo y no se sentía preparado para empezar a estarlo. Corrió por los pasillos llamándola hasta que ya no pudo más y tuvo que pararse a recobrar el aliento...”¡Mamá!¡Lo prometiste! Nunca te separarías de mí.”
-“Chico, ¿Qué te pasa? ¿A quién buscas?”
-“¿Quién hay ahí? ¿Mamá?”
-“No, no soy tu mamá. ¿Me ves ya?¡Estoy aquí arriba!
El pequeño se secó las lágrimas y dirigió sus ojos hacia arriba: “¡Reno!¿Qué haces ahí?”
-“Ya ves, que el otro día me tropecé con el cable de las luces del árbol y me desmayé. Cuando desperté estaba colgado de una rama adornándolo. En cierto modo me ha venido bien porque así no moriré entre los dien...digo... así no me separan de todos vosotros. ¿Y a ti qué te pasa?”
-“Pues que no encuentro a mi mamá. Me he dormido por el día y cuando me he despertado ya no estaba.¿Tú la has visto?”
-“No...pero no te preocupes porque estará bien. La verdad es que no quiero engañarte, se la habrá llevado alguna familia pero seguro que ahora está colgada en un árbol echándote mucho de menos. Mira, vamos a hacer una cosa, cuando haya que irse a su sitio, tú túmbate aquí y te subirán conmigo a alguna rama, ¿vale?”
-¡Vale!
Al día siguiente, dos horas antes de que el centro comercial abriese sus puertas, los empleados ya estaban trabajando: reponiendo los artículos que faltaban, colocando todo en su sitio... Un joven que pasaba cerca del árbol se dio cuenta de que el pequeño muñeco de chocolate estaba en el suelo. Lo cogió y lo colgó en una rama: “Aquí estarás más seguro que en el suelo y cerca del reno, para que no estés solo.” Y siguió corriendo hacia su minúscula cabina donde cada día envolvía miles de regalos a los clientes.
-“Qué chico más simpático, ¿no?”
-“Sí, es el más alegre de todos. Parece muy feliz y si le observas siempre tiene una sonrisa en la cara y algo bonito que decir.”
-“¡Qué majo! Eso es porque tiene una gran familia en casa que le quiere...Oye, ¿Por qué la gente compra tanto en esta época?”
-“Porque es Navidad... es el tiempo más bonito del año. Todo el mundo olvida los enfados y las preocupaciones y simplemente es feliz. Además, normalmente los familiares que viven lejos vienen y se respira magia...”
-“Y, ¿por qué esta época? Quiero decir que ¿por qué precisamente ahora y no en otro momento?”
-“¿Tu mamá no te lo contó? Pues mira, ¿ves allá, en el estante donde hay una fuente? Allí está el portal de Belén y en él hay un bebé envuelto en pañales y un hombre y una mujer cuidándole...pues ese es el motivo de estas fechas tan especiales, el nacimiento de ese pequeño niño que cuando creció dio la vida por salvar a los hombres.”
-“¡¡¡aaah!!!
Poco a poco pasaban los días y el muñecolate fue aprendiendo con las charlas que mantenía con el reno cuál era el verdadero significado de la Navidad, que no eran comilonas, regalos y locuras, sino que había algo más importante por lo que estar feliz...
A pesar de la cantidad de gente que el pequeño veía pasar desde su posición, él observaba atentamente al joven que entre sonrisa y sonrisa envolvía los regalos a quien se le acercaba. Estaba completamente convencido de que era la persona más feliz del mundo, hasta que una noche poco antes de Noche Buena mientras le seguía observando, pudo ver cómo, por primera vez desde que le había conocido, la sonrisa se borraba de su cara y un aspecto de preocupación le cubría por completo. A pesar de los metros que le separaban escuchó la conversación que había mantenido por teléfono y tras colgar la imagen siguiente le impactó demasiado...
Ese hombre feliz en el que cada día veía un rayo de esperanza con el que iluminaba a todo el que se le acercara, rompió a llorar sentado sobre unas cajas con la cabeza hundida entre las manos.
-“Verdaderamente nada es lo que parece.- comentó el reno, pues él también había escuchado la conversación telefónica del chico- el pobre no va a poder pasar las Navidades con la familia perfecta que dimos por hecho que tenía...Qué pena, ¿verdad?”
El muñecolate oía farfullar a su amigo, pero no podía escucharle...solo era capaz de ver al chico llorar. Entonces, la imagen de ese niño envuelto en pañales y tumbado en un pobre pesebre se le apareció en la cabeza. ¿Podría hacer Él algo? Cuando el joven se hubo marchado, el pequeño se puso en camino. Con saltos bruscos consiguió soltarse de la rama y a un riesgo de caerse y romperse en mil pedazos se deslizó por el tronco del árbol hasta el suelo.
Fue hacia el portalito que desde su posición veía tan bien. Al llegar, miró al niño y entre lágrimas comenzó a decir:”Sé que solo soy un muñeco de chocolate y que no he hecho nada para que sepas de mí, pero tampoco te he pedido nunca nada y además, no es algo para mí. Es el chico que envuelve los regalos... Siempre le he visto alegre y con algo positivo que decir a todo el mundo, pero acabamos de ver que este año nadie estará con él en las fechas que ha alegrado a tantos con su simpatía. Solo quería pedirte que el día 24 sí estuviera con alguien, que no lo pasara solo porque me parecería muy injusto...”
Los días pasaban y el chico llegaba con su eterna sonrisa a su pequeña cabina repartiendo belleza y alegría. El muñecolate que ahora estaba en el Belén, seguía observándolo y esperaba alguna señal que le demostrara que sus súplicas habían servido de algo.
El día de Noche Buena llegó, y el pequeño estaba desilusionado y abatido, aunque aún mantenía la esperanza sin quitarle ojo ni un instante al joven.
Entonces, vio a una familia que se dirigía decididos hacia la cabina. Pero lo más extraño es que sus regalos ya estaban envueltos...¿Para qué iban allí?
-“¡Mamá!¡Papá! Pero...¿no me dijisteis que no podíais venir?¡Hermanita!¿Tú también?¿Qué ha pasado?”
-“Ya ves mi amor. Cuando hablé contigo no te mentí, no íbamos a poder venir a pesar de todo el dinero que nos habías mandado,pero de repente lo que nos faltaba para poder pasar las Navidades aquí contigo, no sé hijo, apareció como por arte de magia y ¡aquí nos tienes!”
El joven salió de la cabina y junto a su familia se dirigió hacia la puerta mientras el muñeco de chocolate le miraba con ternura y orgullo por haberlo conseguido. Pero aún faltaba algo...
-“Esperad un momento, ¡ahora os alcanzó!”
El chico regresó rápido con paso decidido hacia el árbol. Cogió el reno y empezó a buscar el muñecolate que le faltaba:”¡Ah! ¡Estás ahí!¿Quién te ha colocado en el Belén?”Cogió al pequeño y se los llevó uno en cada mano,”No sé porqué, pero siento que vosotros dos no os podéis quedar aquí en Noche Buena. Estaréis mejor en mi árbol que buena falta le hace decorarse. Pero fuera del alcance de los niños porque estos no son muñecos de chocolate cualesquiera, éstos son los de mi árbol de Navidad.”
El pequeño muñecolate alzó la vista y pudo ver por última vez a aquel niño envuelto en pañales...”¡¡MUCHAS GRACIAS!!”

LOS CUATRO ELEMENTOS

CIELO
A él le aclamamos cuando tenemos desesperación. El que nos acompaña siempre aunque nosotros nos olvidemos. Nos cubre, nos protege e, incluso anima a los más soñadores a imaginar una vida en su lado más oculto.

FUEGO
De sus llamas huímos y nos alejamos, pero también las buscamos cuando el frío y la oscuridad nos cubren. Una sola chispa puede arder durante horas y abrasar una montaña entera, pero si está controlado puede calentarnos y alumbrarnos sin la necesidad de los avances científicos que solo alimentan el consumismo.

AGUA
Universo particular del que nos dejamos envolver y empapar de su paz. Es otra dimensión, otro mundo en el que la gravedad no existe y puedes flotar sin miedo a caerte.

TIERRA
Firmeza en la que nos apoyamos. Es la superficie infinita que nos impedirá caer.
Nos sostiene a nosotros y todo lo que nos rodea sin, al menos, acordarnos un solo segundo de ella.

INSPIRACIÓN

El otro día volví hacia atrás en el cuaderno donde suelo escribir lo que publico aquí y me puse a leerlo...
Al final me cubrió la nostalgia y empecé desde el principio. Regresé al primer texto que se me ocurrió. Supongo que llegar a la cifra redonda de 100 artículos publicados fue lo que me impulsó a todo esto. Lo estuve hojeando durante un buen rato y me di cuenta de que siempre, en cada cosa que escribía alguien rondaba en mi cabeza. La mayor parte del tiempo solo una persona estaba fija en mis pensamientos y confieso que en casi todos mis artículos, de una forma más directa o más abstracta dependiendo de la ocasión, mis palabras le pertenecían. Pero, a medida que paso las hojas, cada vez está menos presente en mí hasta que desaparece. En cambio, cuando él ya no gira en mi cabeza otra persona me vuelve a invadir y, así contínuamente. Es imposible en mí escrbir sin "dedicárselo" a alguien. Me sale solo.
Pero supongo que eso no siempre es positivo porque por ese motivo, llevo un tiempo sin saber qué escribir.

Y LO PEOR, QUE ES VERDAD...

Y LO PEOR,  QUE ES VERDAD...

"No me pidas que te llame amigo sin un día te llamé amor. Porque el que ama nunca olvida y el que olvida nunca amó".

ESPERAR...

- Esperar en la parada del autobús, mientras sientes como los segundos pesan sobre ti porque no llegas a la hora.
- Andar de un lado a otro, mientras los nervios te comen por dentro minutos antes de un examen.
- Esperar de pie en las eternas colas del cine, del médico o de un concierto, mientras el cansancio empieza a hacer mella poco a poco en tu espalda.
- Correr hacia aquel que no te vio venir bajo la lluvia, mientras las gotas resbalan por tu cabeza.
- Esperar a que llegue el día para volver a verle, mientras una sonrisa de felicidad se dibuja en tu cara.
- Pasear bajo la luz de la luna de madrugada, mientras tu mente vuela lejos, casi tan lejos como las estrellas.
- Esperar a que lo malo pase, mientras bajas la cabeza y aguantas la tempestad.
- Moverte frenéticamente al son de la música, mientras tus pies son los únicos que se resienten.
- Esperar que la campana de cambio de clase suene, mientras crees escucharla desde que se marchó el último profesor.

Andar, correr, pasear, moverte... pero siempre después de esperar, esperar y esperar.
Siempre se dice que vivimos en un mundo impaciente en el que apenas paramos para pensar o esperar, pero si un día paras y piensas de verdad, te das cuenta de que la vida se te pasa esperando a que algo llegue y cuando llega, pasa fugazmente y volvemos a esperar.

PENSAMIENTO DE UN DÍA GRIS

Todo se desmorona a mi alrededor y simplemente puedo pararme, sentarme y esperar a ver cómo sucede todo.

SENTIMIENTO INCONTENIBLE

SENTIMIENTO INCONTENIBLE

Las lágrimas caían por sus mejillas sin que pudiera evitarlo. No sabía por qué lloraba, simplemente sentía la necesidad de dejar que todas las emociones contenidas, el nerviosismo crónico y la rabia saliesen de una vez por todas al exterior. ¿Qué le estaba pasando? Se había prometido nunca volver a mostrarse tal y como es, que todo el mundo pensara que su vida era de color de rosa y solo a ella le atormentaran sus preocupaciones, insignificantes para el mundo pero, el mundo para ella. Y pensando en todo esto cerró los ojos y dejó que las lágrimas siguiesen cayendo sin al menos intentar disimularlas.

SERENDIPITY

Cuando alquilé esta película no me podía imaginar lo que su título significaba... Serendipity...¿Qué te viene a la mente cuando lo escuchas? Sinceramente, a mí no me venía nada, e incluso, dudé en cogerla...tuve que leer la sinapsis para decidirme por ella.
Pero al empezar a verla, en una de las escenas los personajes explicaban su significado: "accidente afortunado". Y acompañando a éstas dos palabras, le siguió una pequeña reflexión sobre la vida que me dio qué pensar y no tuve por más que escribirla porque tenía mucha razón...
"Todo está predestinado. Cada uno toma sus propias decisiones pero el destino envía una serie de señales y depende de cómo se interpreten serás feliz o no. CUANDO EL AMOR ES MÁGICO SE LLAMA DESTINO."
Supongo que esta reflexión podría ser el inico de una gran discusión entre deterministas, indeterministas e indiferentes. Decicidir si todo está predeterminado o, si por el ocntrario, cada uno tiene que narrar su propia historia y depende solo de sí mismo para ir por el camino correcto o por el equivocado. No me quiero meter en un debate filosófico, solo me gustó esa forma de explicar la vida y todavía con un matiz de romanticismo.
Para los que ya me conocen no les extrañará este post, mientras que para los que no, les puede resultar raro que haya escogido este tema, pero solo puedo decir en mi defensa o para excusarme que sigo siendo la romántica sin cura de siempre. No he cambiado.

HABLANDO EN SUEÑOS

Me despertó una noche un sueño extraño.
Sentí como si una voz me hablara a mí,
lejana como una corriente subterránea.
Y yo me levanté: "¿Qué quieres de mí?"

¿CÓMO PUEDO AYUDARTE?

"Mi vida ya no tiene sentido" y la conversación se acabó. No sabía cómo podía ayudarle, no sabía qué podía hacer porque sentía, por primera vez en mucho tiempo, que la esperanza había muerto.
Ya no se le ocurría ningún argumento por exprimir porque todos se los desvancaba con un "pero" rotundo e infranqueable.
¿Acaso había perdido? Siempre había pensado que la luz de la esperanza está al final del camino aunque a veces apenas se vea, pero esta vez...
La desesperación le cubrió mientras sus dedos reposaban sobre el teclado sin saber qué decir. Quisiera estar ahí y decir las palabras exactas en el momento adecuado. Meterse en su cabecita y ver cuáles eran sus verdaderos pensamientos, pero de momento solo podía contentarse con lo que la decía y con lo que ella podía leer entre líneas.
Quizá hasta intentar ayudarle le hacía más daño todavía y no se daba cuenta.
Quizá las buenas intenciones de vez en cuando duelen más que el peor de los golpes.
Mientras pensaba todo esto, sonó una canción en la radio... Tenía gracia, por medio de unas pocas palabras esa canción decía aquello que él sabía pero de lo que parecía olvidarse a veces...
"Mírame, tan solo soy un pétalo aspirante a ser flor o yo qué sé...
Mírame, tan solo soy un pez en su pecera deseando ver el mar el día que tú quieras...
Cuenta conmigo... Cuenta conmigo
Para dar lo mejor que hay en mí...
Y decirte que siempre que quieras, que cuentes conmigo..."

Aunque esto también lo había repetido demasiadas veces... ¿quizá es que el silencio puede ser mejor que miles de argumentos desgastados?

HALLOWEEN

Aquella noche no podía dormir aunque lo raro sería que pudiese conciliar el sueño. Después de todo el tiempo que había pasado volvía a estar allí, en esa antigua casa que nunca le gustó.
No sabía porqué pero le daba muy mal aura y más aquella noche, en la Noche de Halloween, con lo bien que estaría en casa de alguna amiga viendo una buena película dem iedo hasta las tantas.
Decidió no seguir intentando conciliar el sueño porque parecía inútil. No sabía si lo ue sentía era miedo o simplemente desconfianza, pero la idea de aquel sótano en lo más hondo de la casa no le dejaba ni a sol ni a sombra. Nadie le daba importancia, una puerta que simplemente nunca se había podido abrir aunque ella siempre pensó que ahí abajo había algo que hacía que la casa pareciese tan sombría y tenebrosa.
De pronto oyó un ruido... No podía mover ni un solo músculo. En otro momento le habría echado la culpa al viejo gato de la abuela, pero desgraciadamente ya no podía desgastar más esa excusa. Aquel ruido que tantas noches de invierno había escuchado y que inúltilmente había querido quitarle importancia.
¿Qué podía ser? Haciendo un gran esfuerzo se puso de pie y como si de un ladrón se tratara comenzó a andar tan silenciosa como las tablas de madera le permitían ser.
Abrió la puerta de su cuarto y salió al largo pasillo. El ruido se hizo más intenso, era como el trasteo de cosas movidas con gran rapidez. Pero esta vez también se escuchaba un leve cuchicheo.
Tenía la sangre paralizada pero siguió andando hasta alcanzar la escalera de caracol. Bajó escalón a escalón, afinando el oído para intentar descubrir de dónde procedía el ruido.
Cuando se encontraba a la altura de la puerta del sótano, acercó la oreja a la puerta para ver si era allí donde estaba ocurriendo todo y de pronto lo escuchó, escuchó como alguien se reía malévolamente. ¿Estaba soñando? No, todo era demasiado real como para despertarse tumbada sobre la cama.
Cogió el picaporte que tantas veces había intentado abrir sin éxito pero esta vez cedió con un leve chasquido. No quiso abrir del todo la puerta así que se quedó ahí a escuchar lo que ocurría. Su respiración se cortó y notó cómo sus pulsaciones aumentaban según iba escuchando lo que creía que llegaba a sus oídos. No podía ser... esto era demasiado... ¿un... un... conjuro? No, la tenían que estar gastando una broma.
"Ojos de serpiente, pata de conejo y cola de dragón.
rabo de rata, alas de murciélago y plumas de un halcón.
que lo más oscuro de la noche venga aquí.
Que todo lo malvado me obedezca a mí.
En este día crucial,
en esta noche infernal.
Que se despierten todas las fuerzas del mal."
que... ¿Qué es eso? ¿Quién está escuchándonos? ¡Huele a carne fresca!

- Ven bonita, ven aquí con nosotras... no tengas miedo.

Entre las tres agarraron a la pobre chica mientras una dijo riéndose: "Hermanas, alegraos y regocijaos porque aquí tenemos el sacrificio que nos hacía falta."

Y LOS SUEÑOS... SUEÑOS SON...O NO

Y LOS SUEÑOS... SUEÑOS SON...O NO

De repente apareció en medio de un parque. Al principio no sabía dónde estaba pero todo le era demasiado familiar como para no reconocerlo. Estaba en el parque de su antigua casa. Ese al que solía bajar cuando era pequeña. Una sonrisa le cruzó la cara. Comenzó a andar y los recuerdos venían a su cabeza con una rapidez inexplicable, ¿cómo era posible acordarse de todo aquello? Habían pasado tantos años y su vida transcurría muy lejos de aquel viejo parque, sobre todo desde que habían decidido mudarse a otra casa más grande, aunque para ella nunca llegaría a ser su hogar, o así, se lo prometió a sí misma el día de la mudanza.
Sin darse cuenta se había acercado al laberinto, lo rodeó paseando su mano por los barrotes y un rostro apareció en su mente. Allí había conocido a la que siempre fue su hombro para llorar y la mejor compañía en momentos de alegría, y eso que todo comezó con un "Hola, ¿quieres jugar conmigo?"
Siguió andando hasta alcanzar los columpios. Ya no eran de rueda; suponía que debían haberlos cambiado para que los nuevos niños no se sentaran en ruedas ya desgastadas. Aunque para ella esas ruedas siempre serían las mejores para disfrutar de un buen viaje adelante y hacia atrás.
Con qué cosas tan sencillas era feliz a los 5 o 6 años, e incluso más, pues siempre había pensado que su madurez llegó bastante tardía.
Poco a poco había ido cayendo la noche y ya apenas veía más allá de un metro de sí misma, pero no tenía miedo, allí nunca le pasaría nada; era su parque y como solía contarle su padre estaba protegido por una gran muralla que mantenía alejados a "los malos" para que los niños pudiesen jugar tranquilos. No tuvo por más que reirse de esa pequeña anécdota y así se sentó en el banco desde donde solían vigilarla mientras ella corría de un lado para otro. Qué diferente se veía todo ahí sentada. Nunca lo había probado. Desde allí podía ver el parque de esquina a esquina con solo alzar la cabeza un poco. Ahora entendía porqué siempre la pillaban cuando hacía algo malo por mucho que intentara esconderse.
Recordando todo esto sintió cómo todo empezaba a desvanecerse y un horrible pitido intermitente se metía en sus oídos provocándole una sensación molesta.
Poco a poco se despertó, abrió los ojos y de nuevo se encontraba en aquella habitación tan amplia de la nueva casa (aunque ya no tan nueva). Se estiró y de repente se acordó del sueño tan maravilloso que había tenido. ¿Hacía cuanto tiempo no pensaba en aquel parque? ¿Su sueño habría sido una casualidad o una llamada de atención de sí misma para que recordara las cosas importantes que una vez habían llenado su vida...?
No creía en las casualidades y supo que aquella tarde volvería a pisar ese parque porque en lo más profundo de su corazón sabía que algo le estaba esperando allí para que ella lo encontrara...

SINDROME DE PETER PAN

Desde hace una semana todo ha vuelto a la realidad tras el sueño de verano que aunque me pese, se acabó...
Volver a la rutina de falta de sueño y contínuas ganas de gritar.
Este año me asusta más que otra cosa porque ya no hay oportunidades de reenganche, y la palabra selectividad está demasiado presente y repetida, a pesar de que aún nos faltan dos años.
Parece una contínua preparación para lo que será la culminación de la adolescencia y me aterra profundamente... Siempre he creído en los cuentos del tiempo detenido pero ahora empiezan a olvidarse en el recuerdo y el duende de la razón empuja hacia el vacío. Es un poco la historia de Peter Pan. Me da miedo crecer y tener que enfrentarme a la vida en serio...
Aunque nunca es tarde para creer en lo imposible, ¿no?

SERPIENTE CON TACÓN

Déjame,
prefiero el sexo duro, al desamor de pastel
y a la sonrisa falsa que me sueles vender
delante de la gente en fiestas de ocasión

Vete ya
no soy la marioneta que quieres controlar
y por nada del mundo tu me vas a amargar
ni hacerme primo hermano de la depresión.

Cuéntame
como te va la vida amando por interés
sacandole al mas pobre un traje de Cacharel
como esa fulanita de televisión,

Chupando cámara que excitación,
nena que pena me das

Por mi se te paso el arroz, amor, cariño, corazón,
princesa malcriada te has pasado de lista,
date media vuelta y sal fuera de mi vista,
anda ve con Dios

Por mi se te paso el arroz, amor, serpiente con tacón,
bombón envenenado con escote a la vista
date media vuelta y sal fuera de mi vista,
anda ve con Dios.

Lárgate
prefiero estar a solas que impotente a tus pies,
no pienso arrodillarme a tu avaricia y tu sed,
ni a los cutres desfiles de la frustración.

Vete ya,
ponte la minifalda y ponte a petardear,
que a mas de un gilipollas le podrás demostrar
que tu eres la mas golfa de la promoción

chupando cámara que excitación,
nena que pena me das...

¿Por qué cuando alguien a quien queremos nos falla o nos hace daño decimos odiarla o despreciarla?
Precisamente ésto es lo que demuestra verdaderamente que queremos demasiado a esa persona y que nunca podremos odiarla, pero aun así seguimos utilizando este método de defensa, éste peculiar escudo que intenta ocultar nuestros sentimientos.
¡Cuántos dobles sentidos y falsas realidades creamos y nos rodean!
Casi el 70% de las cosas que decimos a lo largo del día tiene un significado contrario o más complicado que el que a primera vista presenta tener.
Nosotros mismos nos complicamos la existencia.Ojalá un día todos habláramos claramente sobre todo, sin ironías, dobles sentidos o sgnificados oculos (aunque tiene gracia que lo diga la reina de las ironías y los dobles sentidos). Pero imagino que si ésto llegara a ocurrir, dejaríamos de definirnos como los seres más complejos del planeta.

¿TENGO QUE SENTIRME INFERIOR POR SER MUJER?

¿TENGO QUE SENTIRME INFERIOR POR SER MUJER?

Hace bastante que la rutina me ha atrapado y no me dejaba escapar. Sentía como si me faltara tiempo material para hacer todo lo que me "gusta". Pero hoy, he oído una frase en la tele y he creído importante sacar tiempo de donde fuese para recordar este día... 25 de noviembre. Hoy todos debemos darnos cuenta (si aún no lo hemos hecho) de que la igualdad no tendría que ser una definición en un libro de Filosofía, sino la gran realidad que primara en este mundo.
Mujeres maltradas, mujeres violadas, acosadas, traumatizadas, con miedo... MATADAS. La violencia de género nunca debería haber existido, pero ya que existe, hagamos porque se quede en la historia...

Hoy es el día de gritar: SÍ, SOY MUJER Y ORGULLOSA DE ELLO. NO TE CREAS SUPERIOR POR SER HOMBRE. PUEDO ALCANZAR LAS MISMAS METAS QUE TÚ SI ME LO PROPONGO. ¿TE MOLESTA? PUES ACÉPTALO Y VIVE CON ELLO, NO TE QUEDA MÁS REMEDIO.

PARA PENSAR

... pero no deberían sentirse demasiado seguros. Y menos aún deberían reírse, porque una risa puede fácilmente atragantarse.

EL EFECTO MARIPOSA...

"Aunque el mar esté en calma total, no significa que no esté sucediendo algo en la profundidad."