Blogia
Un secreto que guardar

Y LOS SUEÑOS... SUEÑOS SON...O NO

Y LOS SUEÑOS... SUEÑOS SON...O NO De repente apareció en medio de un parque. Al principio no sabía dónde estaba pero todo le era demasiado familiar como para no reconocerlo. Estaba en el parque de su antigua casa. Ese al que solía bajar cuando era pequeña. Una sonrisa le cruzó la cara. Comenzó a andar y los recuerdos venían a su cabeza con una rapidez inexplicable, ¿cómo era posible acordarse de todo aquello? Habían pasado tantos años y su vida transcurría muy lejos de aquel viejo parque, sobre todo desde que habían decidido mudarse a otra casa más grande, aunque para ella nunca llegaría a ser su hogar, o así, se lo prometió a sí misma el día de la mudanza.
Sin darse cuenta se había acercado al laberinto, lo rodeó paseando su mano por los barrotes y un rostro apareció en su mente. Allí había conocido a la que siempre fue su hombro para llorar y la mejor compañía en momentos de alegría, y eso que todo comezó con un "Hola, ¿quieres jugar conmigo?"
Siguió andando hasta alcanzar los columpios. Ya no eran de rueda; suponía que debían haberlos cambiado para que los nuevos niños no se sentaran en ruedas ya desgastadas. Aunque para ella esas ruedas siempre serían las mejores para disfrutar de un buen viaje adelante y hacia atrás.
Con qué cosas tan sencillas era feliz a los 5 o 6 años, e incluso más, pues siempre había pensado que su madurez llegó bastante tardía.
Poco a poco había ido cayendo la noche y ya apenas veía más allá de un metro de sí misma, pero no tenía miedo, allí nunca le pasaría nada; era su parque y como solía contarle su padre estaba protegido por una gran muralla que mantenía alejados a "los malos" para que los niños pudiesen jugar tranquilos. No tuvo por más que reirse de esa pequeña anécdota y así se sentó en el banco desde donde solían vigilarla mientras ella corría de un lado para otro. Qué diferente se veía todo ahí sentada. Nunca lo había probado. Desde allí podía ver el parque de esquina a esquina con solo alzar la cabeza un poco. Ahora entendía porqué siempre la pillaban cuando hacía algo malo por mucho que intentara esconderse.
Recordando todo esto sintió cómo todo empezaba a desvanecerse y un horrible pitido intermitente se metía en sus oídos provocándole una sensación molesta.
Poco a poco se despertó, abrió los ojos y de nuevo se encontraba en aquella habitación tan amplia de la nueva casa (aunque ya no tan nueva). Se estiró y de repente se acordó del sueño tan maravilloso que había tenido. ¿Hacía cuanto tiempo no pensaba en aquel parque? ¿Su sueño habría sido una casualidad o una llamada de atención de sí misma para que recordara las cosas importantes que una vez habían llenado su vida...?
No creía en las casualidades y supo que aquella tarde volvería a pisar ese parque porque en lo más profundo de su corazón sabía que algo le estaba esperando allí para que ella lo encontrara...

0 comentarios